Recibir un diagnóstico de cáncer implica retos personales a diferentes niveles, ya que, además de los cambios que obliga a realizar en la vida de la persona, también supone retos en aspectos más sociales y familiares como es transmitir la información del diagnóstico a las personas del entorno.

Explicar a los seres queridos que tenemos cáncer no resulta una tarea fácil, ya que conlleva una situación de malestar y preocupación para ellos. Tener que afrontar estos momentos complicados puede llevar a omitir parte de la información o incluso ocultarla, lo cual puede derivar en dificultades a nivel de comunicación y por lo tanto dificultad de preservar una relación sana con nuestros seres queridos.

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¿Cómo puedo explicar que tengo cáncer?

Cuando el diagnóstico es cáncer la persona que recibe la información habitualmente se siente abrumada e impactada por la información. Asimilar la información recibida requiere de tiempo y cada persona tiene una manera diferente de gestionar las emociones y preocupaciones que despierta la nueva situación.

Para algunas personas informar y compartir con su entorno cercano el diagnóstico, y lo que ello significa a nivel emocional, puede ser complicado; ya que le preocupa que al hablar de cómo se siente se desborde y no pueda controlar las emociones que le invaden sintiéndose así incómoda e insegura.

Otras personas no están acostumbradas a mostrar sus emociones y necesidades porque les desagrada que los demás puedan sentir lástima o las perciban como personas frágiles. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que compartir con las personas cercanas y de confianza cómo te sientes y de qué manera te pueden ayudar puede suponer un cambio significativo en el difícil proceso de afrontar el cáncer y además, a los seres queridos les ayuda a entender posibles cambios de humor o comportamientos no habituales.

Antes de compartir cómo nos sentimos, qué nos preocupa y de qué manera el entorno puede ser de ayuda, una buena estrategia es pensar uno mismo en cómo se encuentra y qué quiere transmitir a los demás. En ocasiones cuando no sabemos cómo ordenar nuestras emociones y pensamientos, escribirlo en un papel puede ser de ayuda.

¿Cuándo es el mejor momento?

También es cierto que debemos tener en cuenta en qué momento nos encontramos y si nos sentimos preparados para hablar con nuestro entorno, puesto que hay veces en las que no tenemos la energía para compartir nuestros sentimientos, pensamientos o hablar de la enfermedad. Cuándo esto sucede, si alguien nos pregunta por nuestro estado actual, es importante expresar de manera asertiva que no es un buen momento para hablar de este tema, agradecer el interés y cuando te sientas preparado hablarás sobre ello.

En ocasiones la situación se invierte, ya que son los familiares o amigos cercanos los que tienen dificultad para hablar sobre el cáncer y compartir cómo se sienten, lo cual puede llevar a un sentimiento de aislamiento, incomprensión o frustración. Sin embargo, también es importante hablar de esta dificultad para hablar del cáncer y cómo nos sentimos ante esta evitación o silencio.

¿Cuál es la mejor manera de comunicarte?

Es evidente que una buena comunicación es vital para tejer relaciones sanas y de confianza con las personas que queremos y, aunque pueda parecer algo sencillo, no siempre es fácil comunicarnos con los demás.

Sin embargo, los beneficios son múltiples, ya que compartir nuestro estado de ánimo o preocupaciones puede ayudar a afrontar de manera más adaptativa las dificultades.

También cuando expresamos en voz alta nuestros pensamientos y sentimientos les damos un orden y sentido que ayuda a entender mejor qué sientes y por qué. Además, al hablar con nuestro entorno cercano, nos sentimos apoyados y menos ansiosos, ya que las muestras de afecto y empatía generan confianza y bienestar. Y, sin duda, una buena comunicación contribuye a construir o reforzar lazos más íntimos y cercanos con la familia y amigos.

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Sara García Serrano. Psicooncóloga y Coordinadora del centro Kálida Sant Pau.