La pandemia de COVID-19, causada por el virus SARS-CoV-2, sigue teniendo un gran impacto en muchas personas, incluidos los pacientes de cáncer. Para combatir esta infección, varios laboratorios han desarrollado vacunas que ayudan al sistema inmune a reconocer el virus y proteger el organismo ante esta infección.^1,2

No existe un solo tipo de vacuna, son varias las tecnologías que nos permiten tener una variedad de vacunas que ayudan al sistema inmune a protegernos frente a agentes infecciosos: a través de fragmentos del virus, de material genético para ensamblar alguno de estos fragmentos, del propio virus atenuado o directamente inactivado, de tal manera que no puede infectar ni reproducirse.

Por lo general, preocupa la eficacia que puedan tener en pacientes con su sistema inmune comprometido, como son muchos pacientes de cáncer, ya que dificulta que el sistema inmune aprenda a reconocer el virus. Y, en el caso de las vacunas que contienen al virus atenuado, se recomienda no utilizarlas en estos pacientes, ya que en raras ocasiones podrían causar una infección.²

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Tipos de vacuna

Sin embargo, este no es el caso de ninguna de las vacunas disponibles para la COVID-19 en España. Tanto la de Moderna (Spikevax) como la de Pfizer-BioNTech (Comirnaty) se basan en la introducción del material genético de una proteína del virus (la Spike, que normalmente ayuda al virus a infectar nuestras células), para así producir muchas copias de esta proteína y, por tanto, el sistema inmune se habitúe a reconocerla.

Por otro lado, en la vacuna de Janssen (Spikevax) se utiliza otro tipo de virus (conocido como adenovirus), el cual se inactiva y se reprograma para que exprese esta proteína Spike, consiguiendo el mismo efecto de protección. Dado que en ningún caso se está introduciendo el virus completo o atenuado, es imposible que se produzca la infección.¹

A pesar de que existe un indicio de menor eficacia, los expertos siguen recomendando la administración de la vacuna a los pacientes de cáncer. Dado que estos pacientes tienen un sistema inmune frágil y un mayor riesgo de contraer la enfermedad grave, es mejor obtener cierta protección que no tener ninguna.¹

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