Una de las dudas más recurrentes entre las personas diagnosticadas de un tumor, es si el azúcar alimenta las células tumorales y por lo tanto debe eliminarse totalmente de la alimentación.

Este mito podría provenir por dos razones. La primera, algunas fuentes de información han sacado de contexto algunos resultados de estudios científicos sobre el efecto que el azúcar tiene sobre el crecimiento de las células tumorales. La segunda razón, el consumo excesivo de azúcar por parte de la población es un factor de riesgo que puede desarrollar diferentes enfermedades, entre ellas la obesidad, que a su vez es un factor de riesgo del desarrollo de cáncer.

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¿Debo eliminar completamente el azúcar de mi alimentación?

El azúcar es un nutriente esencial y pertenece al grupo de los hidratos de carbono, que pueden ser simples o complejos. Dentro de los simples se encuentran el azúcar refinado o de mesa y los alimentos que lo contienen como la bollería, los dulces o las bebidas azucaradas, que son los que debemos evitar.

Sin embargo, los azúcares simples de la fruta o los complejos procedentes de cereales, pasta o pan, son alimentos recomendados durante el tratamiento del cáncer porque dan energía y ayudan al buen funcionamiento del organismo. Los hidratos de carbono forman parte de una dieta equilibrada, y ayudan a mantener un estado nutricional adecuado durante el tratamiento oncológico. Igual que en la dieta mediterránea, entre el 50-60% de la energía diaria que consumimos debe proceder de esta fuente de alimentos.

En los últimos años, numerosos autores han estudiado el efecto de la glucosa en la replicación de las células tumorales, y algunos han evaluado el papel de la restricción calórica en la biología celular y molecular del tumor tanto in vitro como in vivo en animales. Este tipo de restricciones puede tener consecuencias no deseadas en los pacientes sometidos a tratamiento oncológico, como desnutrición, pérdida de masa muscular y deficiencias nutricionales importantes, que pueden poner en juego la eficacia del tratamiento oncológico. Por todo eso, la evidencia actual en humanos desestima la restricción de hidratos de carbono en la dieta durante el tratamiento y anima a seguir una dieta equilibrada con suficiente aporte de energía y proteínas.

Así pues, tomar alimentos que contengan azúcar de manera natural como las frutas, las hortalizas y los cereales, en las cantidades y frecuencia recomendadas en una alimentación equilibrada, no tiene efectos perjudiciales sobre el tratamiento.

En cambio, el consumo elevado de azúcar mesa y alimentos ultraprocesados ricos en azúcares como pastelería y bollería, los dulces o los los refrescos, puede resultar perjudicial ya que no aportan nutrientes esenciales y su consumo reducirá el consumo de otros más ricos en nutrientes y compuestos (como vitaminas, minerales, antioxidantes, proteínas…) imprescindibles durante el tratamiento. 

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Contenido adaptado de la guía: Mitos y creencias sobre alimentación durante el tratamiento del cáncer, de la Fundación Alícia