Descubre todo sobre la punción lumbar
La punción lumbar es una prueba que consiste en la introducción de una aguja fina en la zona baja de la columna vertebral o región lumbar, concretamente en el espacio que existe entre las vértebras lumbares bajas. El objetivo de la punción lumbar es acceder al espacio que contiene el líquido cefalorraquídeo para extraer una pequeña cantidad empleada para distintos análisis o bien para introducir diversas sustancias.
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¿En qué consiste la punción lumbar?
Puede realizarse con el paciente despierto, empleando generalmente anestesia tópica (en la zona donde vamos a pinchar) en forma de spray frío o crema para reducir las molestias. En este caso deberás colocarte tumbado sobre un costado con las piernas flexionadas hacia el pecho (posición fetal) o bien sentado con las piernas cruzadas y con la cabeza flexionada hacia delante para facilitar que se abra el espacio entre las vértebras. Es muy importante mantenerse muy quieto para facilitar que el procedimiento se realice lo más rápido posible.
Sin embargo, puesto que muchos pacientes requieren realizar varias punciones lumbares a lo largo de su tratamiento, en la mayoría de los casos evitamos que el procedimiento sea doloroso utilizando de forma combinada la anestesia tópica con medicamentos administrados a través de una vía intravenosa para lograr una sedación o anestesia superficial. La sedación puede realizarse en la planta de hospitalización habitual o en un área específica para ello, generalmente en Cuidados Intensivos.
¿Para qué se realiza la punción lumbar?
La finalidad de la punción lumbar puede ser de dos tipos:
Diagnóstica: es aquella que realizamos únicamente para obtener líquido cefalorraquídeo y analizarlo con distintas técnicas en el laboratorio. De esta forma podemos diagnosticar infecciones (meningitis) y distintas enfermedades inflamatorias o del sistema inmunitario. Algunos cánceres como las leucemias, los linfomas, los sarcomas o los tumores del sistema nervioso central pueden extenderse al líquido cefalorraquídeo. Por este motivo, la punción lumbar forma parte de los estudios iniciales que se realizan en el momento del diagnóstico de estas enfermedades, ya que la presencia o no de células malignas en el líquido nos permitirá ajustar el tratamiento óptimo en cada paciente. Además, repetiremos periódicamente la punción lumbar para vigilar cómo evoluciona o responde la enfermedad al tratamiento que estamos administrando.
Terapéutica: es aquella punción que realizamos para introducir algún tipo de sustancia directamente en el espacio que contiene el líquido cefalorraquídeo, ya sea anestesia, analgésicos o quimioterapia. De esta forma conseguimos que la medicación se distribuya por todo el sistema nervioso central, porque muchas de las quimioterapias que administramos en forma de pastillas o por vía intravenosa no llegan bien al sistema nervioso central. La quimioterapia que se administra a través de la punción lumbar se denomina quimioterapia intratecal.
¿Qué hacemos con las muestras que recogemos?
Las muestras de líquido cefalorraquídeo se analizan de distintas maneras dependiendo de la enfermedad que presenta cada paciente. Suelen medirse las células que contienen en aparatos de laboratorio y también se revisan al microscopio para observar si existen células tumorales. En caso de sospechar infecciones u otras enfermedades, podemos cultivar el líquido cefalorraquídeo o hacer otras pruebas más específicas.
Dra. Maitane Andión Catalán
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