Introducción a los efectos secundarios de los tratamientos y el ejercicio físico
Una vez se supera la enfermedad, pueden aparecer algunos efectos secundarios debido a los tratamientos que hemos recibido (cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, inmunoterapia o terapia con anticuerpos monoclonales).
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Efectos secundarios del cáncer
Dependiendo del tipo de tumor o la localización, tanto las manifestaciones clínicas, como los efectos secundarios, podrían ser diferentes, pero se podrían agrupar en:
Disfunciones físicas: se pueden presentar en forma de limitaciones físicas, (por ejemplo, limitaciones que afecten a la movilidad articular), disfunciones sexuales o urinarias, o bien la aparición del linfedema. En concreto, el linfedema es un edema crónico provocado por un fallo en el sistema linfático que cursa con pesadez e hinchazón en la zona afectada. Si aparece es conveniente recibir un tratamiento de terapia compleja descongestiva por parte de un fisioterapeuta especializado, que consistirá en un drenaje linfático manual, medidas de contención (vendajes o prendas de compresión), medidas higiénico - dietéticas y ejercicio físico).
Disfunciones fisiológicas: que pueden afectar a diferentes órganos:
- Función cardíaca: pueden producirse alteraciones en la función del corazón, comenzando con miocardiopatías que pueden llegar a producir insuficiencias cardíacas. Todo ello debido a la cardiotoxicidad que presentan algunos de los fármacos utilizados para tratar el cáncer.
- Función respiratoria: los tratamientos o cirugías pueden llegar a producir dificultades respiratorias, como en el caso de cáncer de pulmón. Un tratamiento interdisciplinar entre el educador físico deportivo y el fisioterapeuta respiratorio, ayudará a estos pacientes a mantener su sistema respiratorio en las mejores condiciones posibles.
- Composición corporal: en ocasiones, se puede llegar a generar una rápida pérdida de peso, de masa muscular y/o de masa ósea. A su vez, en otros casos, es posible que se genere la denominada obesidad sarcopénica, producida por una disminución de masa muscular, sumado a un aumento de masa grasa.
Alteraciones neurológicas: los tratamientos usados para tratar el cáncer, pueden llegar a producir efectos a nivel cognitivos, tales como dificultad para recordar cosas que antes se solía recordar fácilmente, dificultad para concentrarse en lo que se hace y necesidad de más tiempo para terminar lo que se está haciendo, dificultad para recordar detalles como nuestros nombres, fechas y acontecimientos, dificultad para recordar palabras comunes y/o dificultad para hacer más de una cosa a la vez, como por ejemplo, contestar una llamada telefónica mientras se cocina, sin descuidar una de ellas. La aparición de estos efectos es lo que se denomina “quimiocerebro”.
Deficiencias psicológicas: la depresión, alteraciones en el sueño, fatiga crónica o ansiedad, ésta última se puede presentar con manifestaciones mentales (preocupación, miedo,..) o bien con manifestaciones somáticas (palpitaciones, tensión, dolor muscular, sudoración, alteración del ritmo cardíaco...).
En concreto, efectos secundarios tales como el linfedema, la pérdida de capacidad cardiovascular, los efectos a largo plazo de la citotoxicidad, las alteraciones en la composición corporal, los estados de depresión o ansiedad, la fatiga crónica asociada al cáncer o la mala calidad del sueño y el quimiocerebro se pueden llegar a mejorar gracias a la práctica de ejercicio físico.
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Grupo VEnCE (Vive, Entrena, Cáncer Enfrenta), perteneciente a la Fundación UE (Universidad Europea).
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